sábado, mayo 09, 2009

Es difícil a veces el retomar, sin embargo esta vez no lo será tanto, ya que es necesario usar este medio como punto de encuentro, entre los miembros que conforman la Orden, han pasado ya varios años entre la última vez y hoy estamos de nuevo de retorno, el momento ha llegado y quién tenga oídos que escuche y quién tenga entendimiento, que entienda…
Un inicio quizá demasiado rudo o agresivo, pero ahora ya no hay tiempo para apapachos ni contemplaciones, es tiempo de despertar y de actuar.
Ven aquí, niño guerrero, aprendiz y maestro, únete a tus hermanos en esta guerra florida, toma las armas de tu entendimiento.
Llámame Kuautekutli, yo he venido a llevarte a tu casa en el centro de las Cuatro Sendas, por tu estirpe y tú tonal ha llegado el momento de tu iniciación en los sagrados misterios, en los Kuakuawtzin.
Sí, muchos nos creen mítica leyenda, muertos sí, pero no durmientes como mis otros hermanos, nuestra Orden fue conservada conforme a la instrucción de nuestros abuelo, aislada y protegida de los mandos de los europeos cuando invadieron nuestra querida tierra, se sabe que la Orden luchó valientemente, pero nosotros ya habíamos sido traicionados desde el principio por el señor Witzilopochtli, sí conoces el poder del sonido, ten cuidado al pronunciar ese nombre, pues aunque los Kuakuawtzin lucharon una vez en el nombre del Colibrí Zurdo, nosotros fuimos víctimas del error de Tlacaelel porque nosotros éramos sus elegidos. Pero la Invasión vertió una luz que desde la fundación de la Orden no había brillado; nosotros servíamos a una criatura de tinieblas.
Sí, niño aprendiz y maestro; el lado oscuro, tal y como lo previno el hacedor de todas las cosas existe, y es nuestro sagrado deber proteger a nuestra especie de sus depredaciones, porque nunca debemos olvidar de dónde venimos, no olvidemos nosotros que tampoco somos simples y humanos mortales.
Pero no te equivoques; nuestra semi-humanidad no nos limita; al contrario, esa semi-humanidad es la fuente de la energía vital o esencia de la que fluimos así como el enfoque o punto de encaje como le llaman algunos ávidos discípulos de Castaneda, para finalmente alcanzar la percepción natural de la existencia-no existencia y a través del intento lograr la materialización de nuestros pensamientos mediante la manipulación y entendimiento de las Cuatro Sendas.

Todo esto comienza con la invasión europea y el gran engaño respecto a cómo ha sido contada la historia por nuestros manipulados y dormidos historiadores del paradigma moderno, todo lo que sigue a partir de aquí no es para convencer a nadie de absolutamente nada, ya no estoy para eso, quien quiera unirse a la lucha tendrá que abrir sus sentidos y alcanzar la impecabilidad por voluntad propia antes de que nos alcance el tiempo de nuestro ingreso a la casa de los espejos, no nos negamos a aceptar a nadie hombres y mujeres de entendimiento que busquen despertar a sus hermanos y hacer florecer nuevamente a esta gran nación, lo único que no se permite es carecer de voluntad para participar en esta noble misión, dicho esto el punto de partida es conocer la historia que nos ha sido transmitida por generaciones de boca en boca cumpliendo el último mandato de Tlacaelel y del Señor Kuawtemoc ante la invasión europea, y habrá que hacerlo con ojos de niño aprendiz pero con espíritu de guerrero águila, y el primer conocimiento que hay que tener es que esta invasión fue propiciada por nuestro gran maestro Tlacaelel y los demás miembros de la hermandad blanca, con un único fin de acabar con el imperio de negrura establecido por Witzilopochtli así como también alcanzar lo que hoy conocemos como mestizaje, digo por si no se han dado cuenta, somos el único país o territorio en donde se logro consolidar el mestizaje, el único territorio en donde los indígenas naturales de estas tierras no fueron exterminados como en Brasil o Argentina ni tampoco confinados a campos de concentración como en Estados Unidos, y no voy a entrar a debatir sí en nuestro país los indígenas son mal vistos o relegados, ellos no son mestizos ellos son indígenas que conservan la “pureza” de su sangre, pero ese no era el objetivo que buscaban nuestros abuelos con la mezcla de razas así que el tema de la marginación social de los actuales indígenas será objeto de entendimiento para más adelante cuando comprendan el porqué se han quedado con la cabeza gacha y la mirada hacía el suelo, verán que no existe tal marginación sino simplemente unos hermanos a quienes habrá que despertar en su momento, y bien como decía yo, para que el mestizaje exista, deben de amalgamarse todas las razas como en un crisol y una nación así, solo la conozco en México.

La instrucción guardada en los cantos ancestrales de nuestros abuelos reza de la siguiente manera:
Nuestro sol se ha ido al Mictlan
Nuestro sol desapareció su rostro
Y nos ha dejado sumidos en las sombras
Pero sabemos que volverá a salir
Que otra vez saldrá
Y nuevamente nos alumbrará
Por ahora no sabemos cuando
Pero mientras allá esté
Y en la morada del silencio permanezca
Reunamonos
Estrechemonos
Y en el centro de nuestro ser ocultemos
Todo lo que amamos y consideramos un tesoro
Destruyamos
Destruyamos nuestros recintos dedicados al principio creador
Nuestros recintos para pensar
Nuestras escuelas nuestros campos de pelota
Nuestras escuelas de canto y de danza
Nuestras escuelas para niños y para doncellas
Que nuestros caminos queden abandonados
Y que nuestros hogares nos resguarden
Hasta cuando salga nuestro nuevo sol
Que queden desiertas las calles
Y de hoy en adelante
Madres y Padres se encargarán de la enseñanza
La mujer con sus hijas
Y el hombre con sus hijos
Los papacitos y las mamacitas
Que nunca olviden guiar a sus jóvenes
Y hacer saber a sus hijos mientras vivan
Cuan buena ha sido nuestra querida Anahuac
Los guiarán
Y al amparo de nuestros destinos
Y por orden de nuestras tradiciones que con tanto cariño y empeño
Dejaron para nosotros nuestros venerables abuelos
Y con ese mismo cariño y empeño
Hemos de inculcárselo a nuestros hijos
Para que ellos lo enseñen a los hijos de sus hijos de sus hijos
Y no olvidemos decirles y enseñarles
Como será
Como se reunirá
Como tomará fuerza
Y como concluirá nuestra gloriosa Anahuac
Su grandioso destino.