La sexualidad como fuente energética vital
Hola a todos, por fin hoy vuelvo a retomar mis ideas de divulgación del conocimiento hermético, es cierto que muchas personas en el mundo, desde la antigüedad hasta ahora, perciben que existe una fuerza universal no individualizada que se identifica en las personas con la energía sexual como parte esencial de esta fuerza más vasta llamada vida. A partir del siglo pasado la ciencia intenta explicar esta fuerza no individualizada en el hombre como un concepto de conjunto. Los científicos formulan esta hipótesis afirmando que la materia y la energía son inseparables, o sea, explican la existencia del Universo descansando en un accionar sobre la base de una natural interconexión. Como es el famoso Yin y Yang de los antiguos habitantes de China, o como el Tonal y el Nahual de los Toltekas, donde el crecimiento de la conciencia y la mutación de la energía sexual la entienden relacionada entre sí; que Carl G. Jung y otros en el siglo XX explican refiriéndose a una sexualidad concebida como un medio de expresar corporal y espiritualmente la fuerza de la vida. Antes, poco al respecto se sabía o pertenecía al conocimiento oculto, por ejemplo, los alquimistas siempre predicaron que la fuerza de la vida en su estado más puro está transmutada en el semen original. Jung, que a su manera también fue un alquimista, dice en Tertium Organum: "es una excepcional energía a través de la cual se expresa toda la naturaleza y que las personas pueden aprovechar en su evolución y felicidad".
Así, la sexualidad se puede encauzar por dos caminos: el de la procreación y el del crecimiento de la conciencia. En los países del antiguo Oriente (aunque ahora hablar de Oriente y Occidente hoy día, ya resulta obsoleto), su búsqueda para inflamar la conciencia a través de la sexualidad tiene miles de años de estudio, que sólo ahora conocemos como una corriente de cultura expresada con muy particulares técnicas. Entre ellas, la meditación y el yoga cruzaron decididamente a esta parte del mundo a partir del siglo XIX y a través de la Escuela Tántrica, a pesar que solo se hicieron populares luego de la Segunda Guerra Mundial. Estas técnicas utilizadas para despertar la energía de que hablamos provocan cambios fisiológicos e internos. Y por supuesto en la transformación hay bifurcaciones de caminos: uno de ellos llevó al glorioso movimiento Hippie de la década de los 60’s, en que las flores y el amor libre despertaron un aspecto muy delicado del hombre. Aún no se tiene claro si es la expansión de la conciencia la que precede a la transformación de la sexualidad o si es la nueva experiencia de orden en la práctica sexual la que provoca el crecimiento de la conciencia; muchos creen que ambas expresiones de la energía son tan inseparables que virtualmente son como una sola. En China antigua la denominan Tao, para explicar con una voz esta energía. Tao se ha traducido como camino, sendero, cruce, puente.Se cree que algunas expresiones sexuales como la continencia y el control de la eyaculación rescatan esta idea, afirmando que si no se descarga la energía sexual en el acto mismo (si no se eyacula hacia fuera), el semen se puede dirigir hacia dentro, transmutándolo en un nivel más alto de percepción. Científicos inmersos en la nueva sexología afirman que las células se revitalizan a través de esta alta frecuencia de energía que solo genera el cuerpo humano. Es la realización física del espíritu por integración del plano que sentimos y aquel que permanece oculto a nuestros ojos, pero que nos hace sentir inmortales un instante fugaz. Se hace hincapié en la posibilidad de que todos esos “atributos mágicos” que se atribuyen a ciertos personajes de la historia, están relacionados con manifestaciones externas de un elevado nivel de voluntad, o sea, la proyección del dominio interior, algo que hoy día los estudiosos de la física cuántica han dado en llamar Intención, que curioso que así mismo le han llamado por miles de años las culturas mesoamericanas, brujos y chamanes pero… solo ahora hasta, que el brillante antropólogo Castaneda se hizo mundialmente famoso con el sendero que Don Juan Matus le mostró, los científicos del mundo le han aceptado e inclusive adoptado como termino.
Se ha discutido durante siglos si la castidad es o no favorable para la conciencia, aún cuando la historia está plagada de símbolos (como el de las nueve musas que se las concibe vírgenes) y hechos que han quedado ciertamente escritos. La heroína mexicana Citlalmina y su compañero Tlacaelel, dicen las esteras escritas, se amaban como aman los inmortales y juntos iluminaban la gran Teotihuacan. Citlalmina fue virgen y murió anciana: no solo enseñó a las mujeres a tejer las redes, sino que congregó a su alrededor a los artistas del Imperio azteca y más allá aún. De su Escuela salió la piedra del Sol, en que está tallada la cosmogonía de nuestro Sistema Solar. Se dice que hoy Citlalmina reposa en la forma del volcán de la mujer dormida, que presagia un mundo creciente eternamente dando a luz enfrentada con el cielo. El nombre de Tlacaelel los mexicanos suelen repetirlo solamente en voz baja, como se dicen las voces sagradas. Bajo el gobierno de Tlacaélel, que se extendía en todas las direcciones a partir del templo Mayor, llegó a estar unificada toda Mesoamérica. Tlacaelel practicaba la continencia a través del control de la eyaculación, que fue práctica común a los soberanos del México antiguo, entre los que sobresalió el rey poeta Netzahualcóyotl. Entiéndase, “retenían su semen todos los reyes antiguos de México, lo que no significaba que se abstenían de mantener relaciones sexuales, solamente era que eyaculaban hacia sí mismos”, nos dice el científico mexicano Octavio Barona, que en su amplia bibliografía tiene algunos estudios al respecto, pero tal manejo de energía requiere de una enseñanza y de una práctica constante, el detalle curioso es que solo unos pocos iniciados tienen acceso a estos conocimientos que deberían se parte de la vida cotidiana para el bienestar de todos y si alguien común quisiera acceder a estos conocimientos hay escuelas que lo enseñan, llámese tantricas, yoghis, o como sea el costo económico de ello simplemente lo vuelve elitista…. Y entonces yo cuestiono, ¿hasta cuando el conocimiento valioso ha de ser tratado como patrimonio de unos cuantos?....
Así, la sexualidad se puede encauzar por dos caminos: el de la procreación y el del crecimiento de la conciencia. En los países del antiguo Oriente (aunque ahora hablar de Oriente y Occidente hoy día, ya resulta obsoleto), su búsqueda para inflamar la conciencia a través de la sexualidad tiene miles de años de estudio, que sólo ahora conocemos como una corriente de cultura expresada con muy particulares técnicas. Entre ellas, la meditación y el yoga cruzaron decididamente a esta parte del mundo a partir del siglo XIX y a través de la Escuela Tántrica, a pesar que solo se hicieron populares luego de la Segunda Guerra Mundial. Estas técnicas utilizadas para despertar la energía de que hablamos provocan cambios fisiológicos e internos. Y por supuesto en la transformación hay bifurcaciones de caminos: uno de ellos llevó al glorioso movimiento Hippie de la década de los 60’s, en que las flores y el amor libre despertaron un aspecto muy delicado del hombre. Aún no se tiene claro si es la expansión de la conciencia la que precede a la transformación de la sexualidad o si es la nueva experiencia de orden en la práctica sexual la que provoca el crecimiento de la conciencia; muchos creen que ambas expresiones de la energía son tan inseparables que virtualmente son como una sola. En China antigua la denominan Tao, para explicar con una voz esta energía. Tao se ha traducido como camino, sendero, cruce, puente.Se cree que algunas expresiones sexuales como la continencia y el control de la eyaculación rescatan esta idea, afirmando que si no se descarga la energía sexual en el acto mismo (si no se eyacula hacia fuera), el semen se puede dirigir hacia dentro, transmutándolo en un nivel más alto de percepción. Científicos inmersos en la nueva sexología afirman que las células se revitalizan a través de esta alta frecuencia de energía que solo genera el cuerpo humano. Es la realización física del espíritu por integración del plano que sentimos y aquel que permanece oculto a nuestros ojos, pero que nos hace sentir inmortales un instante fugaz. Se hace hincapié en la posibilidad de que todos esos “atributos mágicos” que se atribuyen a ciertos personajes de la historia, están relacionados con manifestaciones externas de un elevado nivel de voluntad, o sea, la proyección del dominio interior, algo que hoy día los estudiosos de la física cuántica han dado en llamar Intención, que curioso que así mismo le han llamado por miles de años las culturas mesoamericanas, brujos y chamanes pero… solo ahora hasta, que el brillante antropólogo Castaneda se hizo mundialmente famoso con el sendero que Don Juan Matus le mostró, los científicos del mundo le han aceptado e inclusive adoptado como termino.
Se ha discutido durante siglos si la castidad es o no favorable para la conciencia, aún cuando la historia está plagada de símbolos (como el de las nueve musas que se las concibe vírgenes) y hechos que han quedado ciertamente escritos. La heroína mexicana Citlalmina y su compañero Tlacaelel, dicen las esteras escritas, se amaban como aman los inmortales y juntos iluminaban la gran Teotihuacan. Citlalmina fue virgen y murió anciana: no solo enseñó a las mujeres a tejer las redes, sino que congregó a su alrededor a los artistas del Imperio azteca y más allá aún. De su Escuela salió la piedra del Sol, en que está tallada la cosmogonía de nuestro Sistema Solar. Se dice que hoy Citlalmina reposa en la forma del volcán de la mujer dormida, que presagia un mundo creciente eternamente dando a luz enfrentada con el cielo. El nombre de Tlacaelel los mexicanos suelen repetirlo solamente en voz baja, como se dicen las voces sagradas. Bajo el gobierno de Tlacaélel, que se extendía en todas las direcciones a partir del templo Mayor, llegó a estar unificada toda Mesoamérica. Tlacaelel practicaba la continencia a través del control de la eyaculación, que fue práctica común a los soberanos del México antiguo, entre los que sobresalió el rey poeta Netzahualcóyotl. Entiéndase, “retenían su semen todos los reyes antiguos de México, lo que no significaba que se abstenían de mantener relaciones sexuales, solamente era que eyaculaban hacia sí mismos”, nos dice el científico mexicano Octavio Barona, que en su amplia bibliografía tiene algunos estudios al respecto, pero tal manejo de energía requiere de una enseñanza y de una práctica constante, el detalle curioso es que solo unos pocos iniciados tienen acceso a estos conocimientos que deberían se parte de la vida cotidiana para el bienestar de todos y si alguien común quisiera acceder a estos conocimientos hay escuelas que lo enseñan, llámese tantricas, yoghis, o como sea el costo económico de ello simplemente lo vuelve elitista…. Y entonces yo cuestiono, ¿hasta cuando el conocimiento valioso ha de ser tratado como patrimonio de unos cuantos?....