"Ven aquí, Guerrera, únete a tus hermanos en
armas.
Puedes llamarme Kuautekutli; el Señor de las
Águilas; he venido a llevarte a tu estancia en el centro de las Cuatro Sendas,
en tu propio centro por tu valentía y amorosa nobleza has entrado en los
aposentos de los Kuakuawtzin; los Guerreros Águila.
Sí; muchos nos creen inexistentes, pero nuestra
amada Orden fue rescatada y puesta invisible para los ojos de los europeos que
invadieron nuestra querida tierra; la Orden luchó valientemente, pero habíamos
sido traicionados desde el principio y respetamos el último mandato de
Tlacaele, deponiendo el macuawitl y provocando el mestizaje del cual emergería
victorioso el hombre del quinto sol"
Ahora Guerreras Xiwuacoatl les necesitamos e
invocamos con profundo respeto porque la Orden ya se ha conformado y nos hacen falta
sus 3 conocidos poderes para que junto con los nuestros formemos el místico 7,
y venzamos juntos el sortilegio de sangre al que hemos sido sometidos, hace más
de 600 años, al que tenga oídos que escuche.
El Universo es mental, el todo es mente.
La razón como tal, es tan solo un sistema de
creencias, es simple solo es una secuencia interminable de juicios de valor,
cuando dejas de enjuiciar te vuelves como niño y las creencias dejan de tener
peso, simplemente se derrumban.
El hombre y la mujer racionales perciben al mundo a
través de sus juicios de valor y por eso el ser humano no actúa sus
pensamientos y no vive sus actos. El hombre y la mujer se encierran en sus
prejuicios y en las imágenes que tienen de sí mismos y del mundo; conducirse
por la vida de esta manera garantiza su estado de ignorancia, al no tener la
responsabilidad de desarrollar todos sus poderes o si prefieren llamarlos
habilidades naturales.
Poderes que inevitablemente les conducirán a
estados de salud y prosperidad.
Si, el Hombre y la mujer pueden transformar sus
vidas y sus entornos en un proyecto de felicidad, pero han de hacerlo en
comunión el uno con el otro, la Xiwacoatl y el Kuakuawtzin unidos por un firme
propósito de transformación para el bien común, tal como nos lo han legado
nuestros ancestros Toltecas, en una tradición que ha viajado en el tiempo de
boca en boca, de generación en generación, hasta llegar a nosotros en estos
momentos de cambio.
Sé mujer que mira hacia adentro
Sé mujer luz del día
Sé mujer luna
Sé mujer estrella de la mañana
Sé mujer estrella Dios
Sé la mujer constelación huarache
Sé la mujer constelación bastón
Porque juntos podemos subir al cielo
Porque eres la mujer pura
Eres la mujer del bien
Porque puedes entrar y salir del reino de la muerte
Sé la mujer Xiwacoatl.